Tanto si hay una situación de violencia física como sexual, las juristas convienen que antes de ir a la policía es recomendable acudir a un centro de atención a la salud, mejor si es un hospital público donde hay protocolos pre-definidos para estas situaciones. A ser posible, es mejor ir acompañada de un ser querido a efectos de aportar pruebas. La prueba médica es la más importante, por lo que acudir al hospital y no cambiarse de ropa ni lavarse es crucial.

No es recomendable forzar una denuncia o una separación, ya que hace falta estar preparada. Por tanto, hay que escuchar a la víctima, sin poner en duda jamás lo que relata, agradeciendo la confianza depositada. Es vital controlar las emociones como la rabia y mostrar predisposición a la ayuda, por ejemplo ofreciendo un contacto más constante y ofrecerse a acompañar para pedir asesoramiento a personal especializado. Animarla para que lo explique a alguna persona de la familia en quien confíe. Ser perseverante e ir contactando y hablando, no desistir y comprender que es un proceso largo de idas y venidas.

Si eres menor de edad y crees que alguien de tu entorno está sufriendo violencia puedes llamar a la Fundación ANAR al número de teléfono 900 202.010. Si eres mayor de edad puedes acudir a un centro policial y proceder a la denuncia con el máximo de pruebas acumuladas posibles, ya que no es imprescindible ser la víctima para interponer una denuncia, ni tampoco es necesario para pedir una orden de protección